Era algo así, ¿no? 🙂
Enga, que ya estamos en otoño. Vamos con uno de esos panes de chimenea, sillón de orejas y libro de Chesterton. Pan para tomar con queso rico o con mantequilla y mermelada hogareña; o con ricuras como bresaola o pastrami o con queso de tetilla y dulce de membrillo. O con…
Este pan llevará un buen arreón de vino tinto entre sus ingredientes y los siempre acogedoramente otoñales frutos secos; esta vez serán nueces. Habrá un par de lustrosas hogacitas (como de kilo) buscando hogar. Si os apete, ya sabéis.
Nota: En el pan, como en la cocina, no se usa un vino que no nos beberíamos. En esta ocasión usaré Canforrales Clásico o Torre de Gazate. El que primero ocurra y en ambos casos sin paso por madera, que es lo que me resulta más adecuado para estas cosas.
Y una de las piezas ya tiene quien la quiera 🙂 ¡Gracias Julián!
Saludos,
Jose
Me gustaMe gusta
¡Sensacional ese pan de vino y nueces! Repetiremos 😉
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Muchas gracias Julián! Me alegro infinito de que te gustara ^__^
Saludos,
Jose
Me gustaMe gusta